ACTIVIDAD 3; EL ÁRBOL MÁGICO

Hace mucho mucho tiempo, un niño paseaba por un terreno muy húmeda o de regadío, en la cual se deja crecer o se siembra la hierba para pasto de los ganados, en cuyo centro encontró una planta perenne, de tronco leñoso y elevado, que se ramifica a cierta altura del suelo, con un cartel que decía: soy un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo verás.

El niño trató de acertar el hechizo, y probó con abracadabra, tan-ta-ta-chán, supercalifragilisticoespialidoso y muchas otras, pero nada. Rendido, se tiró suplicante, diciendo: “¡¡por favor, arbolito!!”, y entonces, se abrió un gran vano de forma regular abierto en una pared, una cerca, una verja, etc., desde el suelo hasta una altura conveniente, para poder entrar y salir por él en el árbol.

Todo estaba oscuro, menos una lámina de papel u otra materia en que hay inscripciones o figuras y que se exhibe con fines noticieros, de publicidad que decía: “sigue haciendo magia”. Entonces el niño dijo “¡¡Gracias, arbolito!!”, y se encendió dentro del árbol un agente físico que hace visibles los objetos y que alumbraba un camino hacia una gran montaña de juguetes y chocolate.

El niño pudo llevar a todos sus amigos a aquel árbol y tener la mejor reunión de gente ,para celebrar o divertirse,del mundo, y por eso se dice siempre que “por favor” y “gracias”, son son las palabras mágicas.